Llega un momento en el que te das cuenta que las conversaciones con amigos, el apoyo de la familia o de tu pareja ya no son suficientes para encontrarte bien. No sabes lo que ocurre dentro de ti, de dónde vienen todos esos pensamientos negativos, a qué se debe estar con tan poco ánimo, sientes que las emociones negativas te desbordan. Decides que necesitas una ayuda diferente y piensas que la ayuda de un psicólogo podría ser una buena idea.
Comienzas la búsqueda y te das cuenta que hay muchos tipos de profesionales y de terapias, no sabes cuál elegir.
¿Has oído hablar de la terapia EMDR?
EMDR, es un abordaje terapéutico o dicho de manera más sencilla, EMDR es un tipo de terapia, no es sólo una técnica, es algo que va más allá que unas recomendaciones psicológicas.
EMDR, es una terapia que trabaja desde las cosas difíciles que nos han ocurrido en la vida y nos han dejado “huellas” que parece no quieren desaparecer y que sientes que siempre te acompañan.
Lo que hace diferente a la terapia EMDR es que sin tener que enfrentarte de manera directa a tus miedos, y sin tener que revivir aquello tan duro que te tocó vivir, logras superar las consecuencias negativas que dejó sobre ti y que ahora tanto te afectan.
EMDR es una terapia completamente personalizada, porque no hay una receta mágica que nos sirva a todos por igual. Entre tú y tu psicólogo, reforzaréis tus puntos más fuertes y, desde tu parte fuerte, trabajaréis aquellos más sensibles. Buscaréis qué fue lo que dejó las marcas que ahora te están afectado y juntos, cuando estés preparado, las trabajaréis. Siempre respetando el ritmo que tú puedas llevar.
Una de las ventajas de la terapia EMDR es que vas a llegar a conocer cómo funcionas, vas a comprenderte y tú mismo serás tu principal ayuda para poder llevar cada día y el futuro siendo tú mismo lo más importante.
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